Queridos carlistas:

Conmemoramos hoy, un año más, la que ha sido la festividad más importante del Carlismo en toda nuestra larga historia. Dentro de dos años se cumplirán ciento treinta desde que mi antecesor Carlos VII la instituyera para recordar a todos los fallecidos, perseguidos cruenta e incruentamente «en los campos de batalla, en el destierro, en los calabozos y en los hospitales, en la miseria, o víctimas de las humillaciones» por haberse mantenido fieles a nuestros ideales.

Casi ciento treinta años en los que, sin solución de continuidad, año tras año sin excepción, los carlistas, allá donde estuvieran y por más menguados que fuesen sus grupos, se han reunido para honrar la memoria de nuestros predecesores. Ni siquiera en las dificultades del régimen franquista, que quiso apropiarse de nuestra fiesta desnaturalizándola, los carlistas dejaron de celebrar los Mártires de la Tradición, fieles al mandato de Carlos VII, organizándola de forma semiclandestina al margen de los actos oficiales de entonces. También hoy, a lo largo y ancho de las Españas, el Carlismo celebra los Mártires con misas, encuentros y actos diversos a los que me uno de corazón desde la distancia.

Con motivo de esta efeméride quiero este año compartir con vosotros un par de reflexiones.

La primera es que la festividad de los Mártires de la Tradición es una fiesta de la memoria, de nuestra memoria, que también lo es de todos los españoles. Por eso deseo felicitar especialmente a todas las instituciones, muchas surgidas de la iniciativa privada y desinteresada de carlistas a título personal, que se encargan de preservar, estudiar y difundir el conocimiento del Carlismo y su historia. Se trata de una labor importantísima, en unos momentos en los que tan a menudo se tiende a tratar de tergiversar los hechos históricos con fines interesados. Por lo que considero muy necesario este trabajo en el ámbito cultural. También nuestra Familia se ha sentido siempre custodia de esa memoria que nos toca preservar. Mi antepasado Carlos VII guardó con celo en su exilio de Loredán las banderas cuya contemplación le inspiró la institución de la festividad que hoy celebramos. Al recibir la sucesión dinástica de Don Alfonso Carlos, mi abuelo Don Javier también se hizo cargo de la custodia del patrimonio documental de la Familia. Igualmente mantenemos la Real Orden de la Legitimidad Proscripta, que instituyese Don Jaime, como un instrumento al servicio de esa memoria que nos vincula a todos los carlistas. Y en el mismo sentido se orientan los trabajos que venimos realizando con el archivo familiar que he depositado en la Universidad Radboud de Nimega para su clasificación, estudio y difusión, así como otras iniciativas que si Dios quiere iremos dando a conocer en un futuro próximo.

Y junto con mi enhorabuena, que reitero, a todos los carlistas que trabajan en esa preservación de la memoria de nuestro casi bicentenario movimiento, quiero, como segunda reflexión, animaros una vez más a que esa memoria no se quede en un simple recuerdo. En los tiempos de Carlos VII, siendo su jefe delegado el marqués de Cerralbo, la institución de la fiesta de los Mártires de la Tradición sirvió de elemento dinamizador y de cohesión para un Carlismo que parecía definitivamente derrotado tras la guerra, pero que supo reinventarse, adaptándose a las nuevas necesidades que imponía el contexto social y político.

Del mismo modo nos corresponde a nosotros, aquí y ahora, traer a la actualidad ese recuerdo y hacerlo presente, encarnándolo en iniciativas y propuestas que, desde nuestro ideario de siempre, respondan a los desafíos del momento actual y puedan ser comprendidas por la mayoría de los españoles, a menudo sumidos en la perplejidad y la desorientación.

La regeneración de la vida social, la falta de transparencia de cierta clase política, los conflictos interterritoriales, el enfrentamiento partidista y la desafección política, la precariedad laboral, el endeudamiento de las familias… son problemas que necesitan soluciones urgentes, impulsadas desde el servicio al bien común y la solidaridad como fundamentos de la convivencia.

Os animo por tanto, en esta festividad de los Mártires de la Tradición, a convertirnos en una fuerza que aporte valor, sumando esfuerzos entre todos los carlistas. Trabajando en común, para dar forma a esas iniciativas que respondan a las necesidades de hoy.


En La Haya, a 10 de marzo de 2024


En la imagen de cabecera: Don Carlos Javier, durante su visita al Círculo Carlista San Miguel de Liria en noviembre de 2023. Posa junto a documentación histórica conservada en el círculo y recuerdos de diversos carlistas. Entre ellos, una foto de Antonio Molle Lazo y un cuadro conmemorativo de los mártires carlistas valencianos beatificados en 2001 por Juan Pablo II.

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