El pasado 15 de abril, Don Carlos, en el ejercicio de sus derechos y obligaciones dinásticas, confirió, motu proprio, la Gran Cruz de la Real Orden de la Legitimidad Proscrita a S.E. el Gran Comendador de la Soberana y Militar Orden de Malta «por su extraordinario compromiso en favor de los principios cristianos en Europa, así como por sus trabajos sobre el ejercicio de la soberanía basada en los fundamentos católicos». Frey Emmanuel Rousseau, fiel a la tradición y que reconoce a Don Carlos como depositario de la legitimidad, recibió vivamente emocionado esta concesión excepcional. «La Cruz de Covadonga no es sólo la Cruz de la Victoria sino la Victoria por la Cruz», indicó en sus palabras de agradecimiento.  

Don Carlos, con Frey Emmanuel Rousseau a su derecha y con el Príncipe John Dunlap a su izquierda.

Rousseau es un gran conocedor de España, así como de todos sus santuarios marianos desde el Pilar, Covadonga o el Rocío hasta la Cabeza, Leire y Montserrat, pasando por los misterios eucarísticos de Ponferrada y Daroca. Es además postulador de la causa de beatificación de la Sierva de Dios Zita de Borbón, que fuese emperatriz de Austria y tía abuela de Don Carlos. Una causa de beatificación en la que la Real Familia tiene un especial interés.

Gran Cruz de la Real Orden de la Legitimidad Proscrita concedida a Fr. Emmanuel Rousseau

 
Frey Emmanuel Rousseau nació en Nancy (Meurthe-et-Moselle, Francia) en 1969. Creció en Italia, luego en Mosela y el Jura (Francia), antes de trasladarse a París, donde completó su educación secundaria. Estudió en el Liceo Henri IV de París e ingresó en la École Nationale des Chartes, que forma archiveros y bibliotecarios en Francia desde 1821. Se licenció en 1996 como paleógrafo y presentó una tesis sobre los sellos de las cinco primeras casas de la Orden de Cîteaux de 1098 a 1516. Estudió después en la École Nationale du Patrimoine. En 1986 se hizo voluntario de la Orden de Malta. Se incorporó a los Archivos Nacionales de París en 1997 y, participando en las peregrinaciones internacionales a Lourdes, en 1998 descubrió su vocación religiosa. Admitido en el aspirantado en 2003, entró en el noviciado en 2006 y profesó en 2011, publicando varias obras históricas sobre la Orden de Malta. Es asimismo participante asiduo en la tradicional peregrinación que cada año, por Pentecostés, se celebra entre París y Chartres.

Collar Constantiniano para el Gran Maestre de la Orden de Malta

La ceremonia tuvo lugar durante la visita oficial de Don Carlos a S.A.E. el Príncipe John Dunlap, Gran Maestre de la Soberana Orden, a quien, en su calidad de Duque de Parma, concedió el collar de la S.A.I. Orden Constantiniana de San Jorge. También condecoró a los otros miembros del Soberano Consejo.

Don Carlos Javier junto a S.A.E. el Príncipe John Dunlap, Gran Maestre de la Orden de Malta

En su discurso, Don Carlos subrayó la vinculación de la Casa Real de Parma y la Soberana Orden desde 1378, así como que «hoy, más que nunca, Caritas Christi urget nos. Nuestras armas son la Fe, la Esperanza y la Caridad, porque sabemos que la victoria está de nuestra parte» frente a ideologías como «el  neoliberalismo y los populismos simplificadores», puesto que «Nuestro Señor, Jesucristo, estará siempre junto a su Iglesia». Antes de pasar al almuerzo en su honor, celebrado en el Palacio Magistral, concluyó: «La nobleza no es algo del pasado, sino la actitud desinteresada de los cristianos de amar a Dios y ayudar al prójimo, llevando una vida de gracia espiritual y de comunión eclesial. Por eso, nuestra soberanía no es algo del pasado ni nuestra nobleza es algo simbólico».

En el mismo acto, Dunlap concedió a Don Carlos la Gran Cruz de la Orden del Mérito Melitense con placa de oro.

Durante su estancia en Roma Don Carlos mantuvo además un encuentro, estrictamente privado, con el Cardenal Parolín, Secretario de Estado de la Santa Sede, cuyo contenido no ha trascendido.