Transmitimos, en nombre de Don Carlos, su consternación y la de toda la Familia Real al conocer que el Papa emérito Benedicto XVI ha fallecido hoy en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano. Don Carlos ha seguido con preocupación en los últimos días la evolución del estado de salud del Pontífice, manteniéndose en contacto directo con su Secretaría particular.

Tanto Don Carlos como toda la Familia han acompañado la agonía de Benedicto XVI con sus oraciones.

El pasado miércoles 28, Don Carlos envió desde La Haya una última comunicación a los responsables del cuidado del Papa en el monasterio Mater Ecclesiae. En ella, el Duque de Madrid expresaba que «más allá de la tristeza del momento, nos invade un sentimiento de inmensa gratitud por el don que Dios hizo a la Iglesia al elegirlo como su Vicario».

Don Carlos ha valorado la figura del Pontífice en el contexto de un mundo en crisis, en el que Benedicto XVI señaló la necesidad de la restauración de la relación entre Fe y razón, así como la Caridad como remedio fundamental de las desigualdades sociales, el bien común y el desarrollo humano integral en el marco de la crisis económica (Caritas in Veritate, 2009), entre muchas otras inestimables aportaciones, asegurando que «hemos tenido la suerte de ver a un verdadero sabio y un hombre santo».

«Como su admirado San Agustín, Benedicto XVI ha sabido señalar un horizonte de trascendencia en el mundo occidental que, como el mundo romano, está en crisis por la ausencia de rectos principios», afirmaba el Duque de Madrid.

«Su enseñanza es una de las mayores contribuciones a la historia de la teología cristiana, en la que pudo ver la importancia de la comunión eclesial, la fortaleza de las comunidades, la transmisión de la fe a través del testimonio y la concepción de los  ministerios ordenados como servicio», ha manifestado Don Carlos, añadiendo su convencimiento de que «el milagro que Dios realizó por su intercesión con la española Ana Amado lo llevará a los altares».

Don Carlos indicaba también que guarda «como uno de los momentos más importantes de mi vida, la audiencia privada que el 9 de julio de 2009 concedió a esta Familia Real. Desde ese día no he dejado de concebir la misión que Dios me ha dado en la historia como un servicio a la Iglesia y al Pueblo de Dios. Cuanto más se nos da, más debemos dar».

Don Carlos Javier pide, junto a toda la Familia Real, a los miembros de las Órdenes Dinásticas y a todos los carlistas unión de oraciones en estos tristes momentos.

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