Madrid, 6 de noviembre de 2022

Don Carlos de Borbón presidió ayer los actos en la conmemoración de San Carlos Borromeo, festividad de la Dinastía legítima, que en esta ocasión se celebraron en Madrid.

Comenzó el día con una misa en la Parroquia de San Francisco de Borja, en cuyas preces se pidió por la misión de la Dinastía y su responsabilidad histórica, y continuó con la entrega de cruces de la Real Orden de la Legitimidad Proscripta a los nuevos caballeros y damas que se han hecho merecedores de tal distinción.

A la conclusión de la entrega de cruces, Dª. Mª Aranzazu Biarnés, hija de D. José María Biarnés, quien fuera secretario de Don Carlos Hugo y del propio Don Carlos Javier, leyó unas palabras agradeciendo en nombre de todos los condecorados este gesto, manifestando la lealtad inquebrantable de los mismos a Don Carlos.

Tomó después la palabra D. Antoni Aluja Farré, Vicecanciller de la Real Orden de la Legitimidad Proscripta por la Corona de Aragón, que incidió en el compromiso del Carlismo con los más desfavorecidos de la sociedad, los desheredados a quienes nadie tiene en cuenta.

La mesa presidencial

Discurso de Don Carlos

Culminaría el acto con las palabras del propio Don Carlos, cuyo discurso puede leerse íntegro aquí, y que incidió en la necesidad de que «el Carlismo esté más presente en la sociedad y de ese modo pueda articular propuestas de una forma eficiente, y que por tanto contribuyan y sirvan al Bien Común». A este respecto, Don Carlos analizó algunos de los retos a los que se enfrenta nuestra sociedad, como son la crisis económica, que previsiblemente azotará a muchos hogares, los intentos de ataque a la institución de la familia, la deriva hacia pensamientos totalitarios que invaden la esfera personal de los ciudadanos o la «eliminación progresiva de los niños discapacitados y de los ancianos, porque supuestamente no son útiles ni productivos». «No podemos mirar a otro lado cuando la dignidad de la persona y su trascendencia se ponen en juego», afirmó Don Carlos.

También se refirió al papel secundario que actualmente juega Europa en la escena internacional y reclamó otra Europa «volcada en el servicio a sus pueblos, estructurada a través de un modelo federal, que de verdad responda a los intereses comunes y a los propios de cada uno de los pueblos que la conforman, una Europa que no reniegue de sus raíces cristianas, sino todo lo contrario, que inspiren toda su legislación y actuaciones». De lo contrario, dijo Don Carlos, «una Europa como la de hoy, que no reconoce su fundamento cristiano, ni el principio de subsidiariedad, es un ente inútil y disgregador, y al no responder a las necesidades reales de los europeos está abocada al fracaso».

Dirigiéndose a los presentes, Don Carlos animó a no desanimarse ante el panorama político. «Cuando llueve, aunque llueva mucho, sobre las nubes siempre luce el sol. Podemos y debemos revertir la situación. Confío en vosotros, en vuestra capacidad creativa y en vuestro compromiso», afirmó, para continuar manifestando su convicción de que «ha llegado el tiempo del Carlismo».

«La sociedad está clamando por una mayor participación, por recuperar la Soberanía Social que siglos de liberalismo les ha arrebatado. Y ahí, el Carlismo tiene mucho que decir, mucho que aportar», aseguró, para reclamar a los carlistas, a todos los carlistas, que le hagan llegar «propuestas, proyectos, iniciativas que, siendo puramente carlistas, tengan capacidad de llegar a la Sociedad de hoy y puedan ser entendidas por una gran mayoría de españoles».

«Estoy aquí al servicio del Carlismo y de las Españas, tal y como estuvieron mis predecesores, con la bandera alzada y con los brazos abiertos para recibir a todos los carlistas que sin renunciar a nada de nuestro acervo y de nuestra historia, quieran articular el Carlismo como una herramienta útil para el pueblo español de nuestros días», aseguró Don Carlos.

Finalizado su discurso, el numeroso público asistente tomó un aperitivo en el que tuvo ocasión de confraternizar y también de departir con Don Carlos.

Algunos de los asistentes, junto a Don Carlos
Momento del aperitivo en el exterior

José Borges y el Brigantaggio

Concluyeron los actos con la presentación del libro «José Borges, un carlista catalán que murió por la independencia del sur de Italia», a cargo de su autor, D. Manuel Martorell. Tras una introducción de D. Antonio Torres Ferrando, presidente de la Asociación 16 de Abril, Martorell presentó la obra, que narra la trayectoria vital de José Borges, un carlista que fue General del Ejército de Don Carlos y que, tras exiliarse, participó con un puñado de hombres en el levantamiento armado que se produjo en el antiguo Reino de las Dos Sicilias frente a la unificación forzada por parte de los garibaldinos. Allí fue capturado y ejecutado, siendo considerado hoy en el Mediodía italiano como un héroe. También analiza las similitudes entre el Carlismo y el Brigantaggio, tanto en sus ideales como en la defensa armada de las formas de vida tradicionales y populares frente a la imposición del liberalismo impuesto por la nueva burguesía. La Asociación 16 de Abril ha contribuido a la edición del libro.

Manuel Martorell durante la presentación del libro José Borges, un carlista catalán que murió por la independencia del sur de Italia